AUTOBIOGRAFIA

Nací el día 12 de abril de 1991, a las 10 de la noche en la maternidad Concepción Palacios en Caracas distrito capital. Mis padres son Yraida Esperanza Goliat de Molina y Franklin Jose Molina Baptista. Ellos me dieron por nombre Kelly Joselyn Molina Goliat. A la edad de un año comencé a caminar, cuando cumplí dos años todo lo que hablaba se me entendía mejor. Tres años después mis padres y yo nos mudamos al estado Carabobo. A los seis años ingrese a la primaria llamada panecito. Cuando entre a la primaria aprendí a leer. Comencé con mis estudios de música en la escuela de música Benito Galarraga, estudie kínder musical donde conocí la flauta dulce al siguiente año vi lenguaje música preparatorio paralelo con el instrumento música mandolina. Desde segundo hasta sexto grado de primaria mi aprendizaje fue con excelentes notas. A los 12 años de edad mis padres y mis dos hermanos Franklin José Molina Goliat y Nixon Eliecer Molina Goliat nos mudamos al estado Trujillo. Al terminar mis estudios en la primaria a la edad de doce años ingrese a la secundaria que está ubicada en Valera lazo de la vega y así mismo continuando mis estudios de música es la escuela de música Laudelino Mejías Valera, estudie lenguaje musical los cinco niveles, flauta transversal, historia de la música, contrapunto, armonía.

Después estudie el ciclo diversificado colegio juan de Dios Andrade Valera ubicado en donde vivo. Una vez concluido mis estudios de bachillerato ingrese a la universidad unefa donde obtuve el grado de ingeniería de gas, estudiando a la vez música. Actualmente trabajo en la escuela de música Laudelino Mejías como docente de lenguaje musical y flauta

Cuentos de amor muerte y locura

Nebel y Lidia se enamoraron un martes de carnaval, era una chica muy joven no más de 14 años, tenía un cabello muy oscuro, un rostro muy blanco, ojos azules y pestañas negras, una joven con mucha nobleza, Nebel quedó deslumbrado al ver su belleza. Junto a Lidia s envontraban el doctor Arrizabalaga y su madre cuñada del doctor este fue el principio de su apasionado amor que duró meses. Al día siguiente ella se iba a Montevideo, Nebel llegó al más alto grado de  amor , la despedida fue breve ellas volvería a Concordia en el invierno. Mientras Nebel se alejaba despacio por el muelle, ella de pecho sobre la borda y la cabeza baja los seguía con los ojos. El 13 de junio Nebel volvió a Concordia el primer domingo,  Nebel, como todo buen chico de pueblo espero en la esquina la salida de misa, al final las últimas, acaso, erguidas y mirando adelante, Lidia y su madre avanzaron por entre la fila de muchos Nebel al verla de nuevo, sintió que sus ojos se dilataban pero pasó con su mirada fría fija adelante, esto a Octavio lo puso mal, pero se dijo que capaz no es que ella lo estaba rechazando, sino que no lo vio. Así que fue hasta la casa consultorio del doctor Arrizabalaga. Allí lo atendió María de una forma muy amable 

Lidia lo vio a lo lejos pero tocándose la ropa liviana que tenía puesta, fue corriendo a cambiarse. Acordaron encontrarse lunes y viernes y a verse esa misma noche, con el consentimiento de la madre. El muchacho dejando de lado sus estudios, carreras quería casarse era imposible vivir sin Lidia y que llevaría por delante cuanto se opusiese a ellos. Abandonó sus estudios después de la muerte de su padre sabía lo suficiente como para decirle que la morfina empeoraba el estado de sus riñones, María no le hizo caso y le dijo que con la morfina se sentía mejor. Lidia también era adicta a la morfina, Octavio decidió no verla todo el tiempo sino tenerlas como dos mujeres enfermas y pobres. María perdía temperatura, su corazón latía con menos fuerzas hasta qué murió a la 1 de la mañana y su cuerpo se llenó de manchas violetas. Esa tarde después del entierro, Nebel espero que Lidia se , ella vistiera para darles unos 10 mil pesos ella se estremeció y se lo quedo mirando a Octavio, quién le dijo que los agarrara, mientras que ella los agarra el le dice que lo perdonara y que no lo juzgue peor de lo que es . En la estación del tren cuando Lidia y se iba la agarró por la cintura y la besó hondamente en la boca, dando el primer y último beso porque el tren partió pero Lidia ni siquiera se asomó por la ventanilla.

La vida es una mezcla de momentos dulces y amargos

El principito