viernes, 29 de enero de 2021

UNA VIDA CUALQUIERA

UNA VIDA CUALQUIERA


Habla una vez una mujer llamada Rosa, quien era de origen humilde. Todas las mañanas, con el primer rayo de sol solio preparar café y alistarse para ir a su trabajo, con su natural andar y un sinfín de pensamientos encontrados, anhelaba todos los días de su vida un mejor porvenir, mientras caminaba, con el único par de zapatos que una vez logro comprar en una oferta y que ahora estaban remendados de tanto utilizar, se repetía misma ------------exclamo-----      “Tranquila, ¡ya falta poco para llegar!”.

Durante su recorrido, para relajarse, respiraba profundo y se disponía a observar cada cosa que pasaba frente a sus ojos, desde las hermosas flores y enormes árboles frondosos, que adornaban el parque que solía transitar, casi a diario para ir a trabajar, hasta el canto de los pájaros, el color azulado del cielo, las nubes y las vitrinas de las tiendas, en especial una donde se encontraba en exhibición, unas tijeras, con el mango de color rosa, largas, con las hojillas de un metal tan fino y reluciente, que Rosa podía ver su reflejo en ellas.

Tenía un frasco de vidrio donde depositaba cada día, una moneda de sus ingresos para comprar aquellas anheladas tijeras, ya que su sueño era comprarlas y usarlas en su peluquería, cortando los cabellos de sus clientes, con esa fina herramienta, y obtener más ingresos.

Al llegar, entusiasmada por su sueño, se dispuso a arreglar el local, y esperar a la clientela, la cual muy amablemente atendió.

Al finalizar el día, Rosa se disponía a volver a su hogar, algo cansada, tomo las llaves de su negocio, cerró la puerta, y se percató que ya era de noche, la luna llena asomaba su resplandor, reflejando su silueta durante todo el camino, algo cabizbaja porque esperaba más clientes de lo normal, introdujo su mano en uno de sus bolsillos para sacar las pocas ganancias del día, y al sacarla, una de las monedas cayó al piso, rodando varios metros y estacionándose justo al lado de un monedero negro que yacía en el suelo, y que dentro contenía tantas monedas y billetes que parecía explotar.

¡No puedo creerlo! – exclamo asombrada --  al ver que no había nadie alrededor tomo el monedero negro y continuo rápido hasta su casa.

Al llegar a casa, como de costumbre, y realizar su rutina, Rosa no dejaba de apartar su vista y pensamientos de aquel monedero.     ¡Quizás sea de un cliente¡ ¡O quizás de alguien con mucho dinero que no lo necesita¡                   ----exclamo -----¡Quizás podría comprarme mis tan anheladas tijeras y utensilios para mi negocio, o quizás otro par de zapatos ¡ ----  pensó si debería buscar al dueño           o no.

Cayendo en un profundo sueño, comenzó a soñar, o mejor dicho a tener pesadillas, donde era acorralada por muchas personas quienes la forzaron a entrar a un laberinto oscuro, y no dejaban de gritarle --- ¡NO PODRAS SALIR! ¡TE QUEDARAS AHÍ!  ¡LADRONA! ----  tal fue el susto que despertó gritando,  y al ver que ya era de día se alisto, tomo el monedero y salió directo a una comisaría cercana a su trabajo,  una vez allí, menciono los hechos a un funcionario de policía, este busco en el fondo del objeto, encontrando una identificación, ella al ver de quien se trataba, reconoció que era del Señor José, un anciano y fiel cliente de su peluquería, y sin sospecharlo era el abuelito del oficial que la atendió.

Rosa, mucho más tranquila se dispuso a sus labores y unas horas más tarde, el oficial de policía, le hizo llegar un sobre, que contenía una gran cantidad de dinero junto con una nota que decía: “La honestidad y amabilidad son valores muy importantes como la vida misma, sin ellas somos nada, con ellas hacemos un mundo mejor”.

Con lágrimas en los ojos y agradecida por el gesto, Rosa comprendió que algunas circunstancias se nos presentan para ver de qué estamos hechos, y ver cuál es nuestra esencia. Ahora sus nuevos zapatos y sus hermosas tijeras le recuerdan que por muy cansado que sea el camino, siempre habrá algo por el que debemos agradecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

AUTOBIOGRAFIA

Nací el día 12 de abril de 1991, a las 10 de la noche en la maternidad Concepción Palacios en Caracas distrito capital. Mis padres son Yraid...